jueves, 26 de diciembre de 2013

ACTO DE FIN DE AÑO


EL BAMBÚ JAPONÉS
Sabemos que una buena cosecha requiere de una buena semilla, abono y riego constante. Quien cultiva la tierra no espera ansioso frente a la semilla sembrada.
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes. Sembrá la semilla, la abonás y te ocupás de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que un cultivador inexperto estaría convencido de a ver comprado semillas infértiles.
Durante los primeros años este bambú estaba generando raíces hasta lo más profundo. ¿Por
 qué? Porque es sabia y se está preparando para ser capaz de alcanzar el mayor de los éxitos y ser la planta con el crecimiento más rápido que existe.
Durante el trabajo de este año imitamos al bambú japonés abonándolo con respeto, paciencia y responsabilidad, regándolo con estudio, dedicación y esfuerzo y fortaleciéndolo con el acompañamiento familiar.


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